viernes, 20 de febrero de 2015

Cómo se hace una bastil-la *




Lo mejor sería que te hicieses con una amiga marroquí. Yo fue lo que hice, aunque la muy condenada se pasó años jurando que ella no sabía cocinar y que lo de ella era hacer bocadillos. Si es este tu caso, no la creas. Es muy posible que, dada la laboriosidad de sus platos, más que mala cocinera sea una tía vaga (XD) o, siendo bien pensados, simplemente modesta.

Si no has conseguido hacerte con la amiga marroquí, o la tuya no te miente y únicamente sabe hacer bocadillos, puedes seguir la receta de mi amiga ... recordando siempre que ella mantiene que no sabe cocinar. 

Lo primero es hacerse con un pollo, más o menos gordito dependiendo de los comensales, del número y del saque. Parece ser que por aquellas tierras lo preparan con paloma pero de momento yo, al menos, no la he incluído en mi dieta. 

Se asa entero, sin piel, y se adoba (atención en este paso es muy importante seguir las indicaciones al pie de la letra) con:

Sal: muy poco (lo que viene siendo la medida que está entre nada y poco)

Canela: 2 ramas ... o 3 (menos mal que son ramas de canela y no corderos).

Aceite y perejil: al gusto

Cúrcuma: media cucharilla

Jengibre: más o menos, así como....venga, media cucharilla también.

Azafrán: azafrán, azafrán. En este caso es mejor que sea poco por lo del precio, pero estírate y pasa del colorante alimentario que la ocasión bien lo merece.

Pones el pollo con un kg de cebollas (cortadas en juliana) en una olla, a fuego lento hasta que esté doradito y bien hechito. Te darás cuenta que está perfectamente hecho cuando al mirarlo te entren unas ganas irresistibles de comértelo.



Después te haces con un paquete de pasta filo, y lo preparas tal cual pone el envase. Derrites mantequilla y vas pintando con una brocha las capas de pasta, intercalando una en vertical y otra en horizontal para después cerrar la bastil-la "tipo paquetillo".

Aquí nos lo tomamos al pie de la letra y la emprendimos a brochazo auténtico, a falta de utensilios más profesionales (si alguien se comió un  pelo de brocha, no se quejó ni le sentó mal, que nos hayan comunicado).


Después desmenuza el pollo. Sé que tienes hambre, pero déjalo que se enfríe por favor o te abrasarás los pulpejos! Y no te lo comas todo mientras sigues con la receta o no quedará ni para una empanadilla.


Mientras vas picoteando del pollo, fríe unas almendras (nada de comprarlas fritas, eh?) En abundante aceite y sin dejar que se te churrusquen en exceso. 

Deshazlas en un mortero (nada de minipimer que hay que encontrar los trozitos) y mézclalas con azúcar glass (me han jurado que esto no es un postre).


Todo el salseo que se te ha quedado en la olla con la cebolla y demás lo dejas reducir, y cuando ya no quede nada de líquido lo cuajas con un huevo batido y lo mezclas todo con el pollo

Si eres como yo, y no tienes olla a presión porque en alguna ocasión has oído que pueden explotar, sólo habrán pasado cuatro horas desde que empezaste a cocinar pero se acerca el final, toca rellenar.
Despúes pones en una primera capa el pollo y luego el picado de las almendras, cierras el paquete y lo metes en el horno, precalentado a 180º. En 20 minutejos tendrás tu bastil-la preparada.

 

Si te sobran almendras mejor porque así decoras el pastel en cuestión y te vas comiendo alguna que son muy sanas.



Servir y comer. 

Charlar con los amigos y seguir comiendo.

No comer mucho porque llena un montón (me lo agradecerás).

En cuanto al acompañamiento, si eres muy purista, pasarás del vino y te aliarás con un buen té moruno.



*Para Meri, de regalo de cumple atrasado, la receta que tanto querías, que no es mía, es de Leyla, a la que ya echamos de menos.

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